jueves, 15 de marzo de 2012

La carne se aferra al hueso
aunque ni el hueso ni el alma quieran seguir sosteniendo
aunque no puedan seguir andando
la carne se aferra al hueso y al mundo
se aferra aunque el andar sea insoportable
aunque los ojos sangren ante la muerte
la carne quiere seguir comiendo y viendo y haciendo el amor y viendo y muriendo y viendo
aunque ningún esqueleto pueda ya soportarla
la carne sigue devorando
al tiempo
sigue consumiendo aire y tierra y agua y balas y niños y madres y ancianos y
la carne sigue devorando
carne
intercambiada por carne, por monedas
la carne necesita seguir viendo y haciendo el amor y comiendo
carne
que se compadece de otra carne putrefacta como prueba de miseria porque es carne
y trafica y emancipa y hasta hace revoluciones donde la carne masacra con otra ideología
y la ennoblece a ver si así deja de ser carne, dicen, y trascienden, piensan
y la carne vuelve a ultrajar ese algo que es la carne y los ojos se vuelven otra cosa,
tal vez leche, tal vez piedra, no sienten a otra carne
ésta carne es
está

Sea lo que la carne quiera.

1 comentario:

  1. Grande Rosario, grande. Maldita carne, carne pecadora y pecada...

    Intenso y hermoso como tú misma Rosario, muy bueno (sigues cortando los versos de una manera bien rara) :)

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