miércoles, 9 de noviembre de 2011

A la realidad:

Me avientas una y mil veces, me deformo, me estiro, me hago pequeña, blanda.

Recoges mi cuerpo maltrecho, lo sanas,
se recupera (risas)
lo lanzas de nuevo.

Mi ser, dislocado se retuerce,
canta la agonía, notas bajo el agua
miembros rotos ante a tu pupila indiferente.

Me tomas entre tus manos, me remiendas
zurcido antinatural
aguja envenenada, hilo-palabra-llanto.

Un brazo, una pierna, un ojo en el suelo
el corazón me cuelga de un nervio,
ha ensuciado todo.
El vestidito azul empapado.
Tus pestañas gotean.

Silencio en el estrado.


máscara de arrepentidos
maquillaje para el alma
usa peluca, dolor, píntate los labios, sal por la noche a enseñar las pantorrillas.
Engáñate otra vez, ríe frente a todos y escupe sobre las manos del tiempo. Vamos a devenir en ello. En nada. Abusáste del oráculo. Te interpones entre la nube y el agua. Gira la rueda muy a pesar de la piedra sobre la que anda. Anhelo, luego la bofetada.

Deseamos con tanto ardor que cuando poseemos, ya todo es cenizas.

1 comentario:

  1. A la realidad se le combate con los crueles puños de la fantasía y la ilusión con la poética de tus palabras, astillas en vez de versos...Me encantó Poeta.


    Yo le quitaría la ultima línea...

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