miércoles, 29 de diciembre de 2010

DESIERTO ROJO

Abierta, me besas
tu lengua sabe a sal,
mis flores caen,
crujen bajo mis pasos
me nacen otras.
De los labios, en el centro del rencor
una orquídea purpúrea florece peligrosa
tus palabras riegan las bellezas de mis mounstruos
sus miserias,
sus bocas mal dentadas devoran sin pudor tus miedos,
se han tragado el infiernito
que guardas detrás de tus pestañas.

Fui selva, bien lo sabes
tu aliento como viento
desfiguró mi rostro
ahuyentamos a las nubes
dunas crecen por mi vientre
estoy desnuda ante tus rayos.

¡Quémame!
El desierto a falta de agua tiene llamas,
¡Quémame!
El sol acaricia destruyendo.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

NAVIDAD

La estrella en la punta del árbol navideño
es una torreta parpadeando a ritmo: paranoia
buscando crímenes en la chimenea
cádaveres en cajas de regalo
Esferas deformes, sobre ramas ya muertas hace siglos
Villancicos surgen del subterráneo,
voces de niños famélicos venidos de ultratumaba
que todavía creen en el amor.

Los ángeles enmudecen, se quieren cortar las alas,
hacer con ellas un colchón,
dormir sus intenciones entre plumas.

Los pesebres iluminados por luces de neón
han esperado el paso de otros mil años
para mostrar su esplendor en las vitrinas
arrullos de realidad acompañan los festejos
los niños se acicalan para abrazar
los padres se acicalan para abrazar
las soledades se acicalan para abrazar
¿algún paquete contendrá brazos recíprocos?

Un lechón recién parido, tostado, crujiente, tan sabroso
los trinches y cuchillos relumbran a las velas,
en la mesa todos ríen
excepto el abuelo que no encuentra a la abuela
ni en los rezos, ni en el ponche, ni en los ríos del nacimiento
todos cantan, muestran dientes blancos
lenguas rosas que no son negras gracias a un milagro,
sonrisas envinadas, copas que chocan, tintinean
recuerdos derramados, bocados de ganancia,
indigestión.

Luces que rechinan, cristales empañados,
el frío se entrega por completo a las banquetas
la alegría se cuela por debajo del tapete.
Cuando todo mundo se ha dormido
el letrero rojo nos sigue recordando:
¡Felices fiestas!


lunes, 20 de diciembre de 2010

martes, 30 de noviembre de 2010

CREENCIAS

Creo en el arte por ser recipiente ilimitado de ilimitadas realidades.
Creo en el arte por ser la expresión más primitiva del hombre.
Creo en el arte porque a pesar de ser indescifrable es comprensible.
Creo en el arte por ser el vehiculo del cuerpo y sus órganos intangibles.
Creo en el arte por ser inacabado, imperfecto, imperturbable, eterno y efímero.
Creo en el arte por ser la única herramienta que inside directamente sobre el tiempo.
Creo en el arte por ser la piedra sobre la que recaen las ideas en forma de sensaciones.
Creo en el arte por su dialéctica y su democrática política.
Creo en el arte por ser el acto realizable por cualquier ser humano.
Creo en el arte por ser por y para todos, por ser sin tener que ser, por ser unicamente para sí mismo.
Creo en el arte porque excluye a la razón como el único medio posible para alcanzarlo.
Creo en el arte por ser instinto primero.
Creo en el arte por ser instante que se desquebraja ante nuestra percepción.
Creo en el arte por qué de él manan infinitas interpretaciones.
Creo en el arte por ser la incubadora constante de la imaginación y la expansión de la conciencia.
Creo en el arte por ser la semilla del arte.

domingo, 28 de noviembre de 2010

BASADO EN UN SUEÑO REAL



Recuerdo como dijiste:

-Tengamos una casa en medio del mar,
dónde no haya ni un alma
dónde los colores del agua sean novedad
dónde ni el más agudo de los gritos tenga eco.

Me estremecí al escucharte
los dos en medio de nada
locura desgarrante, atractiva hasta los huesos
veneno puro a la médula espinal.

Terminaríamos ahogados,
en las profundidades del otro
horror sin oxígeno,
antropófagos,
hasta que el odio llegara.

Pero tú, bien me corregiste:
-Nos amaríamos más,
el aire como planctón
universo cuneiforme
cómplice, unidad,
carne, sangre, alma, 
todo dilatado, dispuesto a disolverse.

Pregunté como lo haríamos,
lo planeaste todo, a detalle,
la transportación, los alimentos
el paso cada seis meses de un barco carguero
y volví a preguntar:
¿y los espejos?
el ancla, los techos, los tanques,
el suelo, la madera, el metal, el cielo tan abierto,
las aguas salvajes, el viento y la luna, la luna
solamente se burlaba.

Cuenta del tiempo sin tiempo
tiempo sin cuenta
cuenta sin cuenta,
sólo ameneceres, oscuridad, amaneceres
y otra vez la noche pesada, ligera según el tiempo
velo delgado, velo telaraña, velo fantasma,
velo minutos, velo cuerpo, velo catarata.




Casa oxidada, sello en las puertas
salitre, algas, recuerdos blandos,
rompiste las ventanas, te fuiste
flotaba yo, raspaba la ola, el rayo,
cegada, sedienta, sin tierra en la mirada.

Orilla, espejismos, orilla, llegué,
llegaste y no lo supe
llanto y sal en una misma lágrima
abismo de llegada
consiencia, ausencia, tu presencia
en otro lado.

Supe que por allá estabas,
sé, también que allá, yo me quedé
mi cuerpo, conmigo es accesorio
contigo ya imposible.

La casa se nos derrumbó
lo que hubo dentro, ya no es
silencio amoratado
acto fratura, raja, gangrena
dolor que dió placer,
dolor que floreció,
dolor seco, costras.

Recuerdo cómo dijiste,
recuerdo cómo reí.













martes, 9 de noviembre de 2010

AMANECERES

Me desangro al amanecer
los sueños son astillas de vidrio
se clavan por dentro
de mi cabeza, del cuello,
los dos ojos, los dos brazos
un par de pies, un par de manos
un paisaje de carne
devastado
en sequía.

El estómago vacío,
la boca llena de pensamientos
los recuerdos atacan el sistema inmune
y yo me quedo a expensas del presente
que se resiste a repetirse
como pasado
a prolongarse
e inevitablemente llega: el despertar.
Al primer rayo de sol sobre mi cara
la sangre brota.

miércoles, 20 de octubre de 2010

MONOLOGANDO

-No, señor, yo no vomito conejitos
no me duele la cabeza,
ni estoy plagada de ratas.
Yo escribo.

-Ja,ja
ja, ja
¿Cuándo?, ¿En el baño?
¿O en la sala?
¿Cuando los vecinos gimen? y
¿Tu finges total sordera?

-Frente a la hoja en blanco
espero un brote
una frase precisa, concreta,
eficaz, altamente poética.

-Ja, ¿de verás?
¿Como el brote de una coliflor?
¿O el espontáneo nacimiento
de un barro?
Asi de fácil, facil, fácil
te llega la luz(cidez)
de afuera, tú eres recipiente.

-En mi interior he atesorado
palaras, que como el fierro
son moldeadas
bajo el soplete de mis versos
-¡Mira!, se rinden.

-¿Eficaces? ¿Como un bussines?
¡Qué sorpresa!, llena la factura
de la letra con un montón de ceros
por favor, aquí no queremos
miseria.

-Una frase, una frase,
una brillante, pulidita
de excelente construcción,
ya casi, ya la siento,
ya viene.

-¿Se rindieron?
¿No quisieron seguir peleando contigo,
gladiador?
-¿A cuántas capturaste?
¿Y la sangre?, ¿Confesaron?
Cuéntame,
¿Qué te contaron?

-Ellas vienen en torrente
se descuidan,
las capturo
como un cazador de mariposas,
ya muertas, pego su esqueleto
en este lienzo.

-¿Y?
¿Más allá del papel?
¿Ellas ya no viven?

viernes, 17 de septiembre de 2010

EL CORTE


Fui a cortarme el pelo.

Pensé en los monos
en cómo se acicalan
unos a otros.

El peluquero hizo volar
gajos de pelitos
caían como granizo negro.

Pensé en las frutas
en una piña,
en una zanahoria pelada.

Las tijeras modelaban
yo, temía
la integridad de mi corona.

Mi cáscara siendo recortada
al placer indeciso
del reflejo.

Pensé en la fortuna
de que el pelo no doliera
y en lo caro del arreglo.

domingo, 12 de septiembre de 2010

HASTA MAÑANA

Desde que entré al cuarto me invadió la sensación de estar en una escena previamente montada.
He estado aquí antes, no cabe duda. Los muebles, el olor, los colores me parecen más que familiares. Intento concentrarme. ¿Cuándo fue? Sigo el trazo fino de mi memoria. Un sobresalto. Darme cuenta que ya conozco el siguiente instante. Evocarlo. Retenerlo con esfuerzo e inmediatamente sentir cómo se me escapa. Se desliza. Ésto ya lo viví.
Me sumerjo en medio de dos líneas paralelas, adentro del espacio que las separa. Líneas de tiempo que corren idénticas, distantes: pasado, presente, y yo, en medio de ellas, queriendo adivinar el futuro, o acaso, revivir lo recordado.
La alfombra en la que se hunde mi pie, me remonta a una tierra previa, entredicha.
En medio de absurdas cavilaciones, se acerca sigilosa, una mujer, envuelta en seda muy blanca. Sus manos frías se posan sobre mi pecho, por un momento la sensación extraña se aleja. Observo su rostro a detalle. Me gusta, instintivamente sonrío. Es una desconocida, y me toca confiada, temblorosa.
Logra cautivarme, toma mis ansias, las recoge, aparta de mí la zozobra. Ella no parece pertenecer a éste cuarto, ni a éste tiempo, tampoco yo. Creo que estamos actuando una obra elegante sobre una escenografía barata. La observo una vez más, otra. Recorro su cuerpo sin el tacto, escucho atento los cambios de su respiración. Mi carne se rinde ante los pasitos de sus dedos. Reconozco fragmentos velados.Astillas.
El olor de su piel, permea hasta punzar los nervios.
El tiempo se disecciona. Me pierdo. Olvido los fenómenos de mi memoria.
Me paro desnudo frente al espejo. Inspecciono mi rostro, su habitual expresión de angustia disimulada, me acerco un poco más, abro mucho los ojos, no encuentro nada. Sobre el reflejo, en segundo plano, está ella, tendida en la cama. Las miradas se encuentran. Empiezo a comprender.
Reconstruyo el instante. El pasado me viene como un fluido caliente a la cabeza. Llena los vasos sanguíneos,corre a una velocidad pasmosa por mis venas, oxigena el entendimiento.
¡Esperen!, alrededor de mis ojos, rodeando mis labios, sobre mis mejillas, parece haber algo, algo qué ha dejado rastro, huellas silenciosas de su presencia, tal vez fué lo que noté en ella. Lo palpo con mis manos, bajo mis dedos pequeñas grietas cuentan historias, delgaditas líneas sobre la piel distorsionan caminos, creo que son arrugas. 
Rutas equívocas.
Vuelvo a la cama más tranquilo, creo haber descifrado el misterio, bajo las sábanas me esperan sus tiernos brazos que me arropan, acomodo mi cuerpo junto al suyo, compruebo lo bien que embonan, completamente cómodo me entrego al sueño, ella acaricia mi pelo y susurra, hasta mañana, mi amor.

lunes, 6 de septiembre de 2010

BOCADO

La idea nos aborda
cómo un tenedor
al bocado.

Trincha por
lo más suave,
levanta,
devora.

El paso por la boca,
el tracto
digestivo,
los intestinos,
salir completamente
desecho,
transformado.

Tal vez,
en forma más util:
energía que abona,
fertiliza
y ahora sí
hará crecer un árbol,
ó
nada más,
flotará disuelto,
por años en
el canal
de aguas negras.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Visiones hepáticas

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miércoles, 1 de septiembre de 2010

Insectos receptores

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domingo, 22 de agosto de 2010

VISIONES

El recuerdo es un cuerpo
que agoniza.
Rezo para que de su boca
brote ya
el último aliento

pero, le doy respiración
no acepto la muerte
inminente
tácita

espero

convertirme en pasado
despertar en futuro

invernar

aun no es legal la amnesia
voluntaria,
selectiva,
permanente

la inocencia rasgada
frente a la agonía de abrir los ojos
tomar consciencia del día

imposible

dar un paso
sacar la cabeza de la almohada
de la negrura del sueño
ver el techo que se acerca
peligro, peligro, peligro

comer, tomar agua,
bañarme
tortura sutil
contínua

conjugarme

en otro modo verbal,
en otro espacio,
en otro envoltorio de carne
y ojos

Genio,
cúmpleme un deseo

sábado, 10 de julio de 2010

REACCIÓN

No hubo navajas
que rasgaran el silencio,
los balbuceos
fueron burbujas
en el vagón del metro.

¡Buuuuuuuuuuuum!
Se cierran las puertas.

Dentro del tunel negro
te vi,
mirando,
por encima de mi cabeza
mirando a un anciano,
mirando más allá de sus ojos.

Una ola de gente se aproxima
el anciano se diluye en la marea;
tu rostro, descompuesto.

Nadie lo nota
envejeciste casi un siglo,
enmudeciste por mil años,
lloraste para adentro
te desbocas,
y no te has dado cuenta.
FALLAS

El frágil cristal de realidad
se ha quebrado,
por un brusco movimiento de la tierra
el tiempo se derrama.

Parece todo girar en perfecta armonía,
pero adentro, muy adentro,
hay un gérmen.

El instante incapturable,
invisible,
desfigurado,
ejerce todo su poder.

Los nombres se transforman en rostros
y los rostros en ceniza.

Voy en sentido contrario,
los semáforos guiñan
compruebo que erré mi rumbo.

Todos pasan sin verme.

Sólo alcanzo a pensar:
a nadie le importa.




miércoles, 12 de mayo de 2010

INICIACIÓN


Lolita despierta de mal humor, lleva varios días sientiéndose molesta y acalorada. A ratos eufórica y en otros desenfrenada, la pequeña Dolores de cabello rizado, envenena con su aliento el aire que la rodea.

Y es que no sabe que hacer con todas las molestias que carga encima, además de la preocupación por el exámen de química, la incipiente acumulación de grasa en su rostro pecoso, el amor turbulento por Pablo...

Después de clases, diariamente come, toma una siesta, se dispone a cumplir con sus obligaciones escolares y luego solamente se dedica a soñar. Sueña con las posibilidades de su brocha (será una gran pintora), las novedades de su cuerpo, los besos de un muchacho.

Es jueves, Lolita comienza la tarea de historia, le han encargado presentar fotografías de varias generaciones atrás en su parentela. La delgada niña de piernas largas vuelca la mitad de su cuerpo dentro de un baúl que parece no había sido abierto desde hace un siglo. Tras varias capas de polvo (que ya se mudaron a su ropa), encuentra una pequeña caja con fotos de caras desconocidas y decoloradas, en las que intenta encontrar algún rasgo familiar, observa con detenimiento los ojos redondos y las narices puntiagudas de esos extraños, de los que le dicen heredó las inclinaciones artísticas y pasionales de su carácter, sinceramente ella no se reconoce ni en las facciones ni en las actitudes que

portan los parientes que acaba de conocer. Sigue hurgando en el baúl que parece contener la vida de que una multitud dejó plasmada en objetos multicolores y deshilachados: joyería antigua, libros desempastados, revistas de hace cincuenta años y otros tantos que le causan fascinación y hacen de su tarde todo un deleite; uno de esos libros, pequeño, amarillento y un poco carcomido se titula: “300 Técnicas para volver loca a la mujer”, Lolita suelta una carcajada, la portada que muestra a un caballero elegante, sonriente, sosteniendo un ramo de rosas, le hacen pensar se trata de un manual de cortejo antiguo cuyas “técnicas” aburridas y pasadas de moda le provocarían otro ataque de risa.
La introducción plantea a todo buen caballero la oportunidad de halagar a la fémina con la astucia de su lengua, la pericia de sus dedos, el rendimiento de su cuerpo...

Capítulo 1. El beso. Lolita devora una página tras otra, atenta a las indicaciones del autor que casi pedagógico instruye al lector sobre la correcta posición e intensidad de la lengua. Ella practica a intervalos con el dorso de su mano, besándolo apasionadamente.

Capítulo 2. Modales de alcoba. L o l a con los labios, la cara y la mano enrojecidas, imagina a su Pablo con la camisa desabotonada, sosteníendo una copa de vino mientras ella en una gran cama de sábanas sedosas, lo observa ataviada como las actrices del cine.

Capítulo 3. Las caricias. [El caballero que se digne de serlo deberá tocar con delicadeza el cuerpo de su dama, recorriéndolo con cuidado, besando lentamente su cuello, rozando con el dorso de su mano los pezones erguidos, admirando la tersura de su vientre, hasta llegar al anhelado “monte de Venus”, donde se encontrará un lugar lleno de misterios...”]. ¿Qué misterio puede tener su cuerpo? Lolita sabe cómo se hacen los bebés, conoce por las monografías sus órganos reproductores, pero en el suyo nunca ha vislumbrado nada que pareczca oculto o misterioso, aunque es verdad que últimamente mientras se baña o hace gimnasia siente un cosquilleo, como un tirón, o un pequeño calambrito que le viene de allá abajo, pero no le ha prestado demasiada atención.

Capítulo 4. Su mano y su miembro. [“Querido lector, para que usted llegue a ser un experto en la conquista amorosa tendrá que conocer primero los alcances de esa parte de su cuerpo que llevará al éxtasis a la mujer de sus sueños; para ello busque el momento propicio para probar con varios instrumentos que le brindarán placer: una pluma de ave, una revista, lo que usted desee, y sépase dispuesto a retener lo más posible el desahogo que ansiará desesperadamente, de ésta forma durante sus encuentros tendrá el rendimiento necesario para que su pareja alcance el orgasmo. O r g a s m o. Lolita se siente acelerada, algo late por dentro, no es sólo su corazón, sus ojos no se despegan de aquel libro y ahora su mano recorre su vientre mientras su boca deletrea esa nueva palabra O R G A S M O, pero, ¿qué significa?, se levanta y busca un diccionario.

Capítulo 5. Llegando al monte. [“Cuando uno se encuentra ante la entrada de esa pequeña caverna tendrá que descifrar todas las joyas que se encuentran dentro, con ayuda de todos sus sentidos, lo primero, con las yemas de sus dedos , abra de par en par los dulces y viscosos labios, dentro, usted se topará con el diamante de la anatomía femenina, un pequeño trozo de piel rosado que al contacto de sus dedos se estremecerá como una almeja bajo el limón, frótelo suave y rítmicamente, sentirá como el fruto palpitante que sostiene entre su mano comienza a humedecerse”]. Lolita también lo siente. [“Ahora será el turno de su lengua, comience por lamer besar, succionar, desplácela en círculos y diríjase a la entrada del jardín de los placeres...”]. Lolita no puede más, deja el libro a un lado, y al colocar su mano entre las piernas constata que su pantaleta de corazoncitos está mojada, se frota, mete su mano, acomoda sus deditos y presiona su “diamante”, es duro. Está sudando, siente el mismo calambrito, pero más intensamente, como si una energía nueva le recorriera el cuerpo, se moja, mueve más rápido su mano. Se contrae y por un momento no puede ver, oír ni pensar, todo su frágil cuerpo se ha convertido en un solo nervio, tenso, vibrante.
Lolita esconde el libro, recuerda la tarea, ya no tiene ganas de hacerla, se siente cómo si hiciera algo sucio, que las señoritas no hacen, pero le gustan mucho las nuevas sensaciones, ya quiere compartir sus nuevos conocimientos con Pablo, seguramente él no ha probado lo que ella recién descubrió , o tal vez el apuesto profesor de grámatica tenga aún algo más por enseñar, tendrá que comprobarlo.

El viernes llega con el habitual entusiasmo que provoca el fin de semana y Lola con el ánimo alterado espera ansiosa el toque de la chicharra , para dirigirse a sus clases particulares de oratoria que su profesor favorito le impartirá por la tarde. Improvisa un dobladillo a su falda, deja al descubierto sus muslos bien torneados.

-Buenas tardes, Dolores- saluda cortés Pablo.
-Hola Pablo- contesta Lolita desparpajada.
-Hoy no está en casa mi hermana- comenta apenado Pablo, espero no te moleste.

Lolita no puede creer tanta suerte, justo hoy, cuando su mente parece haber huido de su cabeza, cuando sus poros transpiran frenesí, aquel hombre, protagonista de sus fantasías amorosas (quién algún día será su esposo, está convencida), se encuentra sólo frente a ella que ansía conocer lo que hay debajo de sus ropas, los caminos que trazan sus dedos, el sabor de su lengua.

Lolita tiene una paleta roja y redonda metida en la boca y hace un fuerte ruido cada vez que la saca y la vuelve a meter. Abre su cuaderno y se acomoda en la silla, cruza las piernas, una sobre otra. Toma la paleta y comienza a lamerla despacito. Pablo comienza a darle la lección, el orden correcto de los enunciados, los principales, los subordinados, a Lolita nunca le ha gustado la gramática, pero desde que Pablo es su profesor ha perdido por lo menos el aburrimiento por la materia.

-Cuando tienes dos enunciados, y éstos expresan ideas diferentes, tendrás que separarlos por medio de una coma, de ésta manera: Pablo inclina su cuerpo hacia Dolores para mostrarle en el cuaderno la aplicación de lo explicado. Lolita como un felino ataca su cuello, lo besa, lo succiona.

-¡Dolores!, ¿qué te pasa?, ¡por qué haces eso?- Pablo alterado, confundido, la aparta.

Ella no responde, se levanta de su asiento, sube un poco (más) su falda y se sienta sobre las piernas del aturdido profesor mirándolo de frente.

-Relájate, Pablito, no te voy a comer, sólo quiero enseñarte lo que aprendí ayer haciéndo mi tarea- le susurra al oído juguetona.


-Lola, por favor, no ésta bien, vé a tu asiento- la voz entrecortada de Pablo, se escucha un tanto más paciente.

-Sólo tantito, mira no es malo, la niña dirige la mirada hacia abajo, mostrando lo que hay en medio de sus piernas, bajo su falda tableada se asoma una tela rosada que cubre un triángulito carnoso.

Pablo respira agitado, sumamente nervioso guarda silencio y observa, Lolita toma una de sus manos, le separa un dedo y lo coloca por dentro de la delgada prenda, luego comienza a moverlo en círculos pequeños.

Bajo el pantalón de Pablo algo ha sucedido, Lola lo percibe, algo duro, grande, parece haber surgido de la nada.

Él intenta retirarla, la empuja suavemente, Lola se echa a reir.
-Te gusta, te gusta- Lola rie y mete su paleta en la boca de él.
-Lolita, (nunca la había llamado así), claro que me gusta, pero eres una niña, quítate por favor.

Lola lo besa apasionadamente, le mete la lengua llena de caramelo casi en la garganta, al mismo tiempo que su mano derecha acaricia el bulto debajo de su cierre, lo abre, Pablo responde febril ante sus caricias, él coloca sus manos en las nalgas redondas de su alumna, la carga, la lleva al sillón, ella queda sentada con las piernas muy abiertas y él desde el suelo desprende de su cuerpo ésa prenda que separaba la carne de su alcance, de sus besos; la acaricia, la contempla.

Lolita sudorosa, fuera de sí, con los ojos entreabiertos desabotona su blusa, se despoja del sostén, deja al descubierto sus senos recién nacidos, abundantes, aterciopelados, Pablo los coge como fruto para comer a mordidas, los besa, Lola alcanza el cinturón masculino, intenta destrabarlo, no puede, él se pone en pie, se lo quita hábilmente. Cuando la ve desde arriba, desnuda, con la falda enredada en la cintura, se detiene un momento, duda, la ternura lo invade, es una niñita piensa, vulnerable, y sin embargo por las venas de éste hombre la sangre galopa veloz para concentrarse en una sola región de su cuerpo, que necia y firme, dirige su único ojo hacia la cara de Lola. Ella lo mira asombrada, es muy grande, le asusta un poco, lo toma con una mano y no sabe muy bien que hacer, él la guía, suspira.

-¡Detente!, no podemos, podría ser tu papá.

Lolita aprende rápido y los movimientos certeros de su mano provocan que el profesor sólo alcance a balbucear sus argumentos.

-Por eso me gustas más- responde con voz infantil.

Pablo retira la mano de Lola, se tumba sobre ella, separa sus piernas y dirige su miembro voraz al centro de poder de la niña.

-Podrían encarcelarme por ésto- musita.
-¿Y no lo vale?

En un movimiento violento, pero cuidadoso Pablo se mete hasta adentro del estrecho cuerpecito, Lolita grita, duele mucho, él, tierno le acaricia el pelo, la cara, le besa los ojos, la punta de la nariz, la dulce boca. Lolita se relaja se abre un poquito más, Pablo se mueve lento, profundo, disfruta cada centímetro que recorre dentro de ese abrasador túnel húmedo y delgado. Lolita con los ojos cerrados, los sentidos abiertos, devora con la boca púrpura que tiene entre sus piernas el bocadillo de carne erecta que explota derramando su savia, al ritmo de las pequeñas mordiditas que le propina.

Abrazo.
Silencio.

Pablo se levanta, comienza a vestirse, la contempla nuevamente, tiene ganas de llorar, le llena el rostro de besos tiernos. Lolita enmudece, besa la mejilla de su mentor, esboza una pequeña sonrisa, recoge su ropa, sin decir más toma su mochila y sale del lugar.

Al llegar al baño de su casa, sentada en el escusado, recuerda lo acontecido hace unas horas. Se estremece, descubre en el puente de algodón de su prenda íntima pequeñas gotas de sangre; algunas lágrimas le caen sobre las piernas.

En el lavabo con agua y jabón desvanece los rojos rastros de placer, alza la mirada para encontrarse con el espejo; observa sus ojos vidriosos, los talla, sonríe coqueta, cierra la llave.
Camina a su cama tarareando, dando pequeños saltitos, dispuesta a seguir soñando.


martes, 20 de abril de 2010

RESURRECCIÓN

Abro la boca
(sofocado)
inhalo
(desesperado)
me cuesta continuar,
¿vale la pena
regresar de entre
los muertos?

MARIPOSA, MUJER, SERPIENTE

Soy mariposa, mujer, serpiente
mudo de piel, renazco, vuelo
pinto mis alas, esculpo sueños,
rompo el capullo,
despego...

Polvo de estrellas cae sobre mi pelo,
brillo, enmudezco,
nací mariposa blanca
con alas lisas,
dibuje sobre ellas una historia,
cogí una rama, me tatué la cara.

Soy mariposa colorida,
bebiendo néctar,
brillando al alba,
uso tinta ajena, preexistente,
para después...
borrarla.

¿Mis alas despliegan su grandeza
a la sombra de tus ojos?
¿O se queman veloces bajo
el cruel calor de tu mirada?

Soy, serpiente roja
me enrozco, me emplumo
y amanezco,
devoro corazones,
sangrantes,
de tiempo...


regurjito horas,
dibujo laberintos con mi cuerpo.

Soy mujer, misterio, muerte
ficción de un lente ajeno
mis pasos,
repique centelleante del presente .

Me reinvento, me transformo,
amanece...

sábado, 3 de abril de 2010

SOLEDAD

Ramillete rojo de flores secas
naipes que engañan con mil caras
uno, dos...
truco de magia:
tras la víspera,
ya no queda nada.



DIÁLOGO

¿Qué vas a comer?
Mira que ya va a llover..
¿Quíen piensa en comida,
cuando estoy sentado en la
orilla a punto de caer?
¡Pero que pesimista
si la amenza no se ve!

viernes, 19 de marzo de 2010

DESPOJO


Muerdes mi voluntad
desgarrándola de tajo
desabotono mi consciencia
y cae ligera por mi espalda
mi desnudez rosada
inerte,
se muestra ante tus pupilas
llenas de deseo.
Pero me has despojado
busco entre mis resquicios
algún espacio de aire
dónde hubieran podido
sobrevivir mis ganas.

Tus miradas me tocan
toda,
con un ritmo de orquesta
descuidada,
tus manos quietas, aún,
absortas, no han podido
abandonar el reposo,
lo agradezco, lo reprocho.

Las heridas se presentan
hermosas, abiertas,
carmín mortuorio
se vislumbra,
su contenido negro
ya no tiene pudor
al revelarse.

El sinsabor de los minutos
adormece la lengua.

martes, 16 de marzo de 2010

TEN CUIDADO: Los recuerdos andan sueltos, pueden alcanzarte.

lunes, 8 de marzo de 2010

RENUNCIA

Renuncio a vestirme de gala,
a ser una herramienta del poder

Renuncio a las palabras complecientes
y endulzadas que gustarán
pero también a las que a causa de
su estruendo intentan trascender

No quiero ruido sin melodía
no quiero cursis razones
no quiero caos simulado
no quiero orden sin fuego

Renuncio a llenar la hoja
de palabras blancas

Renuncio a la perfección
a esa perfecta simetría
que no deja espacio para
el vació, para el misterio

Renuncio a la enunciación
de vanguardia
que se apoya en modelos
exitosos

Renuncio a huir de la verdad
ocultandome tras la engañosa
belleza

Renuncio a la provocación
ingenua o tramposa
que alborota consciencias
con ideales de unos cuantos

Renuncio a la etiqueta de un partido
de una clase o una lucha
cuando mi única pelea es con
el sendero de la letra
de la letra verdadera,
de la letra que no distrae
de la letra que desgarra
que a veces calla
para retomar su fuerza

Renuncio a no hacer
que cada línea
pueda levantarse de la hoja
darte un zarpazo en la cara
roer la realidad
proponer una nueva

Renuncio a responder
a dar consuelo
a elogiar,
a reproducir la existencia

Renuncio a dar vida a lo conocido
a no crear una camino alternativo
del entendimiento, del sentido
de cada sentido
del sentir inestable

Renuncio a estar quieta y mantener
posturas,
me reconozco eterno movimiento
flexibilidad errante

Renuncio a no ser espejo
para que encuentres
tu rostro entre mis letras
tu rostro
distorsionado
entre mis letras,
a causa de ellas

Renuncio a ser una idea acabada
y a terminar siendo una sola idea

Renuncio recorrer caminos desgastados
pero es inevitable
tal vez,
a lo único que pueda renunciar
es a no ser yo
y esa renuncia se vuelve falsa
porque soy todos
soy lo que han sido, lo que han
escrito, su producto es lo que soy

Sólo espero que te cimbres.
Renuncio a no provocarte nada.

sábado, 6 de marzo de 2010

MIGAJÓN






Tengo ganas de salir a caminar. No llueve aún, pero el olor a humedad me previene. Me calzo las botas de cuero, tomo el impermeable rojo, y sin carga adicional, salgo. En el bolsillo del pantalón llevo dos cigarros y algunas monedas. No quiero fumar de más.

Mi piel, al entrar en contacto con el aire frío del exterior, se estremece.
Por toda la cuadra el olor intenso a pan se extiende placenteramente, mi nariz detecta tu cercanía.

Camino en dirección a tí, lentamente voy trazando tu rostro con mis pasos. Probablemente no estés, tal vez no te encuentre trabajando en el lugar del que emana ese aroma, que ahora es mi favorito.

Al fondo de la calle, casi al llegar a la avenida, la visión de los algodones de azúcar recién hechos, gana toda mi atención, me detengo, compro uno morado y gordo, tan bonito que quisiera conservarlo.

Continúo un poco más allá, donde el letrero blanquiazul de Panadería Pepe parpadea levemente, sus intervalos de luz, entrecortan mi respiración. Ya te ví...entro.

Me dirijo sin titubeos (aparentes) por una charola para el pan y las pinzas con las que elegiré entre el bizcocho y el garibaldi, mientras te espío de reojo. Estás justo frente a la mesa de trabajo, llevas una playera blanquísima, que ya bañada en sudor, trasluce el perfecto delineado de tu espalda, tus huesos, tu columna vertebral, tus hombros que con el esfuerzo resplandecen.

Meto en mi boca un pedazo grande de algodón, se disuelve muy lento, al tiempo que observo tus manos, tus grandes manos acariciando una masa tersa, hinchada, amasando acompasadamente, los dedos se hunden suaves, mientras va tomando forma, la golpeas un poco, comienzas de nuevo, disfrutas tu labor, lo veo en tus ojos, en tus labios húmedos que esbozan una ligera sonrisa.

Intento pasar inadvertida, no quiero que me veas, que me saludes, doy la vuelta para perderme detrás de las donas recién salidas del horno.

Ya me has visto, te acercas. Tus pupilas están dilatadas, tus mejillas enrojecidas y tu olor, tu olor a levadura fresca combinada con horas de trabajo llegan a mi nariz como una señal veloz que altera mis sentidos.

Escalofrío. Sonrió. Me besas la mejilla en la que dejas un ligero rastro de sudor, decimos palabras comunes
que ya no recuerdo, mi mente está ocupada en la rápida exploración de tu cuerpo, recorre dedos, muñecas,
brazos, pecho. Dios, debo parar o te vas a dar cuenta...intento concentrarme, pero luego te quitas el delantal y puedo ver tu delgado y fuerte tronco, pecho perfecto, eres flaco, y si bajo un poco la mirada, adivino tu abdomen enmarcado por una perfecta estructura ósea que desearía rozar con mi lengua...

-¿A dónde vas?
-Más abajo...
-A mi casa, respondo en tono muy bajo.

Quisiera quitarme éste oscuro velo de miedo.
Quisiera arrancarte esa camisa y pegar mi cuerpo tibio al tuyo sin reproches, no me lo permito, no me atrevo.

En tus ojos grandes y brillosos voy nadando hasta quedarme sin aire, me ahogo sin remedio en mis ganas.

¡Tócame, desnúdame!,amasa mi carne, rocíala con el río que llevas dentro, hornea el deseo en tu fuego, no me dejes así, vámonos de aquí.

Mi boca continúa cerrada, llena de miel, escuchando tu
entusiasta conversación del próximo concierto.

-¿Quieres acompañarme?
-A donde quieras
-¿Cuándo?
-Mañana
-Ahora
-Ok.

Repito una y otra vez cuánto odio quedarme callada
¿Qué necesito para tener valor?
¿Acaso tu proximidad no basta?
¿O es que éste deseo en cadenas que recorre mi cuerpo erizándolo, no es suficiente para callar a mordidas tus labios?

Te alejas un momento, vas a sacar del horno las conchas. Me pides que te espere, aquí me quedo, sigo detenidamente tus movimientos, me gusta tu cadencia.

Luego me veo despojándote de esa expresión de inocencia que caracteriza tu rostro, cómo tu sonrisa se deforma, cómo tu cuerpo se retuerce en un espasmo mientras te sujeto entre mis piernas, ya te aprisioné, mi humedad te baña, te tengo atenazado, no quieres escapar, me taladras, embistes tiernamente la herida, la marea crece, enmarcando la realidad de éste tiempo retorcido entre las sábanas, no pares, no temas, pronto explotaremos al unísono de nuestros actos, pronto ya no seremos dos, pronto miles de fragmentos lloverán sobre nosotros dejándonos ciegos, haciéndonos brillar, pronto no existirá más que el silencio...

-Perdón, ya regresé, ¿entonces, mañana?
-Quiero lamer tu cuello
-Mañana- contesto agitada.

Salgo sofocada, necesito aire, compré dos panes, saco un cigarro, lo coloco entre mis labios, no lo prendo, juego con el, le clavo un poco los dientes.

Mañana, mañana, me repito muy bajito al momento en que empieza a llover.


ENERGIA CIEGA

Corro muy rápido,
huyo veloz,
intento aplastar el tiempo con mis pasos.
Creo escapar de él.

Volteo,
veo lo que dejé atrás
como un pequeñisimo punto
ilegible en el espacio.

El viento me proyecta
en todas direcciones
me saca del camino,
temo caer.

La imágen que dejé,
ya muy lejana,
inalcanzable a la vista,
es obstinada en la memoria;
sus intermitencias ciegan,
no me permiten continuar.

Sigo atrapada en mi carne,
grito, no logro olvidar
soy presa de mi persona,
me hundo bajo mi piel,
me ahogo en éste aire.

Corro, corro,
sin rumbo,
esquivando mortales horas
que me acechan.

Soy un torbellino de angustia,
nace de mi centro,
arraso objetos,
tachuelas,
sujetos que salen disparados.

Soy un hoyo negro,
que va devorando estrellas,
consumiéndo su luz,
transformándola...
en energía ciega.

PALABRITAS




Pequeñas palabritas brincan sobre mi piel
sus patitas me rozan,
recorren veloces mi pensar,
tintinean ante mis ojos.

Son chiquitas, prístinas,
algunas más largas y más necias
se sienten cual cienpies
llegan bailando alborotadas,
se empujan, se enciman,
no las puedo distinguir,
a veces me asustan,
parecen invitarme a aplastarlas
a deshacerme de ellas,
a no recordarlas jamás.

Juntas me jalan, me mueven
tiran de mis hilos a su antojo,
se posan en mi lengua
y luego saltan;
minuciosas van tejiendo
cual gusanos silenciosos
el ropaje de mi ser,
hermosa tela me viste
tan fina, tan ligera, colorida,
me hace más bella,
más mía, más yo...